LA VIDA EMPUJA

La gente se muere. Intenta recordarlo la próxima vez que salgas de un entierro. No te lo digo para que vivas con el miedo en el cuerpo. Es para que vivas y punto, sin miedos, sin apegos, sin ataduras. Es para que vivas. La gente se muere, eso ya lo he dicho. Es tan obvio, que siempre lo olvidas. Pero lo quieras o no, la gente se muere.

La gente se muere. Eso es un hecho. Y aunque la realidad es que la muerte no existe, es más bien un cambio de conciencia, a mi me enseñaron que la gente se muere, que desaparece y que ya no la ves más. La gente se muere y yo siento morirme un poco entonces. Se mueven las casillas y avanzo posiciones.

La gente se muere y mientras tanto, muchos se angustian y se preguntan si hay vida después de la muerte. Algunos con curiosidad se cuestionan si hay vida antes de la vida. Yo, sencillamente, si hay vida antes de la muerte; si VIVO. Así, con mayúsculas; que no es lo mismo que sobrevivir, habitar, residir, anidar o alojarse. VIVIR requiere conciencia, acción y voluntad.

La gente se muere y es entonces cuando nos juntamos para lamentar que «no somos nadie». Pero sí que somos, y más que nunca. Puede que no seamos quienes creíamos ser, eso sí. Puede que sin ropas, sin pertenencias, sin pensamientos con los que identificarnos no nos reconozcamos pero, yo creo que por eso mismo SOMOS.

La gente se muere y es entonces cuando nos juntamos para comentar que «si es que estamos aquí para cuatro días y ya vamos por la mitad» pero es acabar de pronunciarlo y se pierde en el olvido. El ser humano es increíble. Yo no dejo de maravillarme. Vivir con la incertidumbre, mejor dicho, con la certeza de su muerte. Yo no sé si es más valiente o más inconsciente. Creo que ambas.

La gente se muere. Recuérdalo la próxima vez que salgas de un tanatorio. Ya, ya sé que lo sabes, sólo quería recordártelo: la gente se muere. No quedaba nadie, ni mujer, ni hermanos, ni padres. Sólo él haciendo ejercicio en la galería. Hoy no queda nadie. La gente se muere. No te resistas. Aunque intentes arañar las paredes del tiempo, la vida empuja.