LA NEUROSIS Y EL AMOR

Este libro es una ventana abierta a tu alma, a tu ser más profundo, a ti. No pretende ser un manual, ni darte una fórmula mágica pero sí, darte la oportunidad de descubrir algunas características que hay en ti, sobre todo potenciales que ignorabas, recursos que posees y te eran desconocidos, y que te ayudarán a lograr el autoapoyo y conocimiento necesarios para que puedas diseñar tu vida a plena satisfacción.

¿En qué punto del camino te perdiste? ¿Cuál es el origen de los problemas y conflictos que surgen en tu vida? No te voy a decir nada nuevo que ya no sepas. Sólo voy a recordarte lo que has olvidado: las respuestas y soluciones a tus problemas están dentro de ti.

neurosis_amor_boletinSabido es que los conflictos suelen surgir en todo tipo de relaciones: familiares, laborales, amistosas,… pero sin duda, donde mayormente se crean es en la pareja, porque es en ella y en la convivencia diaria donde surgen la mayoría de ellos. Sin embargo, lo más grave es que muchas veces ni siquiera te das cuenta de que los roces, las discrepancias, las molestias continuas, son verdaderos problemas. Piensas que son cosas normales que suelen pasar dentro de la relación, y debido a esas «normalidades» la mayoría de las parejas que la inician, tarde o temprano, terminan en ruptura o separación, o quizás en una convivencia neurótica, insatisfecha y frustrante.

Empecemos por explicar algo sobre la Gestalt: Es una rama de la psicología en el área humanista. Formalmente nació en la década de los 40 y fue creada por Fritz Perls, médico neuropsiquiatra y psicoanalista nacido en Berlín, Alemania, el 8 de julio de 1893. La Terapia Gestalt nos enseña a ser nosotros mismos sin dejarnos influir por los demás. Nos propone que seamos personas auténticas y que nos demos cuenta de cómo y para qué hacemos las cosas; que nos hagamos responsables de nuestros actos asumiendo todas las consecuencias de los mismos; que vivamos en el aquí y ahora; que todas las cuestiones que se originan en nuestra vida han de completarse o cerrarse. La Terapia Gestalt nos muestra las necesidades básicas que hemos de satisfacer para vivir sanamente y los mecanismos neuróticos que nos impiden vivir plenamente. Más que una teoría de la psique es una filosofía de vida donde prima la conciencia, el darse cuenta y la propia responsabilidad.

Los mecanismos neuróticos o de evasión son los introyectos, la confluencia, la proyección, la retroflexión, el escotoma y la deflexión. Todos estos mecanismos los utilizamos de forma natural para evitarnos problemas, para no complicarnos la vida, para protegernos y defendernos de posibles daños psicológicos y a veces físicos. Y esto estaría bien si no fuera porque en lugar de utilizarlos correctamente, y que fueran provechosos, los utilizamos de una forma negativa, con lo cual nos dañan más que nos ayudan, y la consecuencia es que nuestra personalidad se anula, rompiendo así la unidad de las familias, perjudicando a los hijos  y a la sociedad.

INTROYECTOS

Son «creencias» o erróneas interpretaciones que nos indujeron desde la infancia y nos han perjudicado, porque van en contra de nuestra integridad como personas y de nuestros propios intereses. También son costumbres heredadas y «verdades» sobre nosotros mismos, acerca de los demás y de la vida, y que hacemos propios sin asimilarlos.

Los niños tienen una gran capacidad para aprenderlo todo y creer cuanto los adultos les decimos. Cuando fuimos niños no sabíamos que teníamos el derecho a rechazar algunas de esas creencias que nos inculcaban, ni la suficiente conciencia para discriminar. Por lo que, todo este aprendizaje quedó grabado en nosotros de tal manera que hoy creemos que somos y pensamos así, y nos pasamos la vida buscando inconscientemente experiencias que armonicen con nuestra forma de ser, lo cual nos incapacita para distinguir entre aquellos introyectos que son beneficiosos de los perjudiciales.

Necesitamos cuestionarnos honestamente si todo eso que nos dijeron es lo que queremos para nosotros. Así es como chocarán nuestras propias conclusiones con lo que nos han enseñado provocando un conflicto: ¿Cómo que no es mío todo lo que pienso? ¿Entonces quien soy yo?

Es muy importante saber que también hay introyectos positivos, aprendidos de nuestros mayores, los cuales nos sirven para nuestro desarrollo emocional. Y esos hay que fomentarlos.

A través de todo lo que nos han ido introyectando vamos formando inconscientemente en nuestra mente el Código cultural de vida (libro imaginario en el que cada cual escribe mentalmente cómo debemos ser, cómo deben ser los demás y cómo debe ser el mundo)  y nuestro juez verdugo (esa voz que escuchamos cuando entramos en conflicto que guarda todos nuestros juicios, conceptos, interpretaciones y evaluaciones).

No se trata de cambiarlo todo, sino los aspectos negativos que no funcionan en nuestra vida. Se trata de mejorar los hábitos y actitudes que nos dañan para ser auténticos, honestos, veraces y espontáneos.

Haz una lista con todo aquello que recuerdes que te decían.

DEFLEXIÓN

La deflexión consiste en tener culpables. O sea, en poner la responsabilidad en los otros. Muchas veces dejamos la iniciativa al otro, sin tener clara consciencia de que al hacerlo permitimos que sea ese otro quien dirija nuestra vida. En nuestra vida cotidiana se dan cientos de casos de deflexión: aquellas personas que delegan en otros tareas ingratas, las que piden a otras que sean sus portavoces, las que permiten que otros les resuelvan la vida volviéndonos cada vez más inútiles, las que no expresan claramente sus necesidades y lanzan un mensaje al aire a la espera de que alguien lo coja (voz expansiva).  Si piensas que los otros debería saber qué te gusta, qué necesitas, qué sientes, sin necesidad de expresarlo; sí, estás deflexionando.

¿Cómo pones la responsabilidad fuera?

¿A quién culpas de todo lo que te ha pasado?

¿Te da miedo hacerte responsable de tu vida?

¿Qué tendrías que hacer para tomar las riendas de tu vida?

CONFLUENCIA

La confluencia se manifiesta cuando no pongo límites entre yo y el mundo, y como consecuencia me diluyo en él. No distingo entre el límite del entorno y el límite de mi propia individualidad. Es la incapacidad de decir no y ejercer mi propia libertad. Cuando somos bebés vivimos en confluencia; ésta es normal y sana. Sin embargo, en la edad adulta, la confluencia infantil nos impide tomar decisiones, saber lo que queremos o sentimos, qué cosas son nuestras y cuáles del ambiente. En confluencia perdemos el sentido de la identidad y dejamos de ser nosotros mismos; siempre a merced del grupo, del entorno social, de lo políticamente correcto. Hacemos un enredo con nuestras verdaderas necesidades y emociones, y las de los demás.

A veces la confluencia es descaradamente exigida por parte de la familia, por ejemplo, cuando los padres creen que sus hijos son una prolongación de ellos mismos. Aunque también puede darse a la inversa, puesto que hay muchos padres que no cumplen las expectativas de ser como los hijos quieren.

Otras forma de confluencia es dejarse llevar en demasía por el dictamen de la moda y un sinfín de costumbres que se adquieren para tener la debida aceptación social o la del grupo de amigos con los que se sale. La confluencia es dejar de ser uno mismo para aparentar ser como los demás. Con todo esto me desvaloro, me creo inseguridad, pierdo individualidad y dejo de poner límites.

¿Sabes poner límites? ¿Cómo lo haces?

¿Evitas conflictos a toda costa sin importar lo que tengas que hacer?

RETROFLEXIÓN

Significa que una acción, originariamente dirigida desde el individuo hacia el mundo, cambia su dirección y se tuerce hacia atrás en dirección hacia su originador. Esto es extremadamente peligroso para la salud, ya que acallar u ocultar una molestia y no resolver la situación objeto de ella es obvio que afectará a mi equilibrio físico y mental. Hay tanta negatividad contenida que el cuerpo protesta causando muchos dolores. Para entendernos, es como una «bomba» que está destinada a otro y te estalla dentro.

¿Y tú, qué enfermedad te estás generando?

ESCOMA

No veo, no oigo, no digo, para no enfrentarme a la realidad. Al no querer ver, oír, ni decir, aparentemente los problemas desaparecen, aunque sea de momento. Pero, la realidad, es que sólo estamos haciendo una bola de nieve gigantesca que a la larga nos va a aplastar. Porque las situaciones que ignoramos y que no quisimos afrontar salen a la luz tarde o temprano. Utilizamos el escotoma, consciente o inconscientemente, como técnica para evitar nuestra responsabilidad sobre lo que pasa a nuestro alrededor para no tener que poner límite o hacer cambios importantes.

¿Qué es lo que no quieres ver, oír o decir?

Cuando algo te molesta ¿muestras tu enfado o lo ocultas?

¿Cómo te justificas?

¿Cómo te desconectas de ti mismo?

PROYECCIÓN

Cuando proyectamos vemos en los otros lo que no reconocemos o no aceptamos en nosotros mismos. Cuando una persona se reafirma constantemente en sus proyecciones, piensa que nadie está a su favor, que todos están en su contra y que éstos son los causantes de todos sus males. Así que se produce un fenómeno de negación de la propia responsabilidad.

Todos los aspectos negativos o positivos que forman parte de nuestra personalidad y que desconocemos o escondemos y negamos de nosotros mismos, lo vemos reflejados en nuestros familiares, amigos, pareja, hijos y, en general en la gente que nos rodea. No vemos que el mundo funciona como un espejo y nos refleja tal y como somos.

La primera reacción ante la proyección es negarla: a nadie le gusta descubrir que todos los defectos que vemos en los demás también los tenemos (aunque no necesariamente en el mismo contexto en el que se ve en el otro). Esto es así porque sólo podemos reconocer fuera aquello que hay dentro de nosotros.

El darnos cuenta de cómo nos proyectamos no es para que nos sintamos mal, sino todo lo contrario. Haciéndome responsable tengo una visión diferente del mundo y me vuelvo más tolerante con los demás y conmigo mismo. Ya no tengo tanto enfado con el mundo, de alguna manera me reconcilio con él.

¿Qué es lo que rechazo y me disgusta de mi que quiero que cambien los demás?

¿Qué es lo que admiro en los otros que no reconozco en mí?

Al descubrir todo esto tendrás unos conocimientos que te servirán de valioso aliado para no caer en esos mecanismos neuróticos que he mencionado. Ello hará que tus relaciones en general sean más armoniosas. Que tu vida en pareja sea lo más exitosa y feliz, y que tus hijos crezcan sanos, libres y responsables, y por tanto más felices.

Hablamos mucho del amor, pero, realmente ¿sabemos qué es eso que llamamos amor? El amor verdadero no nos hace sufrir, no crea dependencia, ni tensa, ni angustia o entristece. Tampoco dependemos del exterior para generarlo. El amor lo generamos a partir de nosotros mismos y cuando alguien aparece en nuestra vida lo que hacemos es expandirlo y compartirlo.

Es tener libertad, mi propio espacio. Es saber que tengo todo el derecho a equivocarme, a poder manifestar las creencias con las que el otro no concuerda, reconocer cómo me proyecto o cómo pongo la responsabilidad en el otro.

Es poder pedir lo que quiero en mi vida, asumir y relacionarme responsablemente con los acontecimientos tal como se vayan presentando cada día, sentirme unas veces mal y otras bien, escuchar lo que dijo el otro o aceptar que me equivoqué creyendo haber escuchado lo que no quiso decir.

El amor verdadero es la aceptación absoluta por parte de ambos de todo lo que somos en este presente, todo lo que hemos sido en el pasado y de todo lo que seremos, o no, en el mañana incierto.

Gracias María Elena por todo lo que aprendí contigo.

5 comentarios en “LA NEUROSIS Y EL AMOR

  1. Pingback: LA NEUROSIS Y EL AMOR — biblioterapeuta | Paula García Pérez (Coach y Terapeuta Holística- Integral)

  2. Pingback: LOS CUATRO ACUERDOS. La domesticación y el sueño del planeta | biblioterapeuta

Deja un comentario