Cuando conocemos a alguien, no nos planteamos que algún día romperemos con esa persona, pero sabemos (o deberíamos saber) que es algo que puede suceder en cualquier momento. No solemos pensar en la cantidad de situaciones que se pueden dar que nos lleven a distanciarnos de esa persona, pero existen muchísimas. No hay nada que proteja tu relación al cien por cien de algo así.
Más allá de lo que podemos sentir en el momento de la ruptura, que es mucho dolor, poner fin al vínculo que mantenemos con alguien no tiene por qué ser una mala noticia, aunque al principio suele parecerlo. Que ciertas relaciones finalicen da lugar a que vengan otras nuevas, a que aprendamos lo que no volveremos a tolerar y lo que queremos de ahí en adelante. Las rupturas nos enseñan y, a veces, incluso nos cambian la vida. Sigue leyendo