LA AUTÉNTICA FELICIDAD: LA FÓRMULA DE LA FELICIDAD

dia_internacional_felicidadEl pasado viernes, 20 de marzo, fue el día internacional de la felicidad. Coge inmediatamente papel y boli, voy a darte su fórmula. ¿Que si me estoy quedando contigo? ¡Por supuesto que no! Además, no creas que ésta fórmula sirve para obtener felicidad por un rato ¡Qué va!. Sobre esos momentos, nadie mejor que tú para darte un pequeño placer, qué sé yo: un trozo de chocolate, una siesta, un buen libro… Pero yo, cuando me pongo, me pongo: voy a darte la fórmula de la FELICIDAD con mayúsculas, de la FELICIDAD duradera.

¿Sabes qué? que no voy a hacerte leer el artículo entero para obtener la ansiada fórmula. A mí eso de crear un montón de expectativas para que en el momento más álgido te espeten en toda la cara: «después de la publicidad» me revienta, qué quieres que te diga… Así que no te hago esperar más. ¿Estás preparado? Nunca se sabe en qué momento tu vida dé un giro de 180 grados. Vamos allá.

FELICIDAD: R+C+V ¡Que seas muy feliz!

Los factores más importantes que influyen sobre nuestra capacidad para ser felices, son aquellos sobre los cuales tenemos mayor grado de control.

Los factores más importantes que influyen sobre nuestra capacidad para ser felices, son aquellos sobre los cuales tenemos mayor grado de control.

No, no voy a engañarte. La fórmula no es mía, es de Martín Seligman, el padre de la psicología positiva. ¿Que si funciona? ¡Claro que sí! Como siempre digo, todo lo que te propongo es porque yo ya lo he experimentado y, al menos a mí me ha funcionado. No sé los años que hace que leí por primera vez «La auténtica felicidad». Este libro revolucionó mi forma de tomarme la vida. Miento, no fue la lectura del libro, fue la puesta en práctica de esta forma de entender la felicidad (en el caso de que creas en ella) y todo el marco que envuelve a la psicología positiva. Para mí la felicidad existe y es una actitud personal (se elige, al menos en parte).

Creo que el concepto de felicidad últimamente se ha malinterpretado. Nada tiene que ver con evitar el dolor, ni estar de risa y cachondeo todo el santo día. (Lo mismo pasó con el optimismo de Mª Dolores Avia y Carmelo Vázquez, que tuvieron que añadirle el adjetivo «inteligente», para no confundir optimismo con necedad1) Ni mucho menos tiene que ver con cierta filosofía que corre por ahí, en contra de la psicología positiva, y que alude a una cierta obligatoriedad de ser feliz. ¡Que quede claro que aquí no obligo a nadie, a nada!

Entonces, ¿qué es la felicidad? Los psicólogos aun no hemos podido definirla, porque es imposible aunar en una definición lo que a ti y a mí nos hace felices, contando con que lo que me hace feliz a mí, no te haga a ti un desgraciado, y viceversa. Total, que para no liarnos más ¿sabes lo que han hecho los psicólogos de la psicología positiva? Cambiar felicidad por bienestar subjetivo (¡qué tíos listos!) y así, todos contentos.

R: RANGO HEREDITARIO (50%)

Según Seligman venimos con una predisposición (que no determinación) genética a ser más o menos felices. Como una especie de termómetro que marca tu felicidad. Esto tiene su lado malo: por muchas loterías que te toquen, y tu felicidad el día 22 de diciembre se dispare, en menos de tres meses volverás a tu estado habitual de felicidad, eso dicen los estudios. Pero también tiene su lado positivo, y es que pase lo que pase, al final remontas y tu nivel de felicidad vuelve a su lugar. Seguro que ya te habías percatado de esto. De todas formas, desde que apareció la epigenética, cada día dudo más de la expresión de lo que esté escrito en mi ADN.

C: CIRCUNSTANCIAS (10%)

Eso que te pasa en la vida y a lo que seguramente das tanta importancia, las circunstancias, resulta que a la hora de la felicidad, tienen bastante poco peso. De nada sirve en este punto una disertación. Si estás convencido de que lo que te pase influye en tu felicidad, para ti la perra gorda. Sólo permíteme un apunte, en realidad serán dos: una cosa son las emociones (que fluctúan a lo largo del día casi con cada respiración) y otra cosa es la actitud con la que te tomas aquello que te pase. Y dos, puesto que la mayoría de las circunstancias escapan a tu control, mira a ver en manos de qué o de quién estás dejando tu felicidad.

Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano labrador se acercaban para condolerse con él, y lamentar su desgracia, el labrador les replicó: «¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?» Una semana después, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió: «¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?». Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir: «¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?». Una semana más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota le dejaron tranquilo. ¿Había sido buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?

Y así, podría continuar esta historia hasta el infinito…

V: VOLUNTAD (40 %) 

La voluntad es todo lo que está de tu mano. La buena noticia, es que los factores más importantes que influyen sobre nuestra capacidad para ser felices, son aquellos sobre los cuales tenemos mayor grado de control, y son, por supuesto, a los que tienes que prestar mayor atención. Son tan esenciales, que cada uno se merece una entrada para ellos solitos. Son, por ejemplo, la capacidad de perdonar, el agradecimiento, cultivar tus valores, cuidar tus relaciones interpersonales, aprender a fluir, vivir el presente…

Dependiendo de la inversión que estés haciendo en tu vida, puedes obtener una vida placentera, como decía al inicio del post, a base de comerte un helado de vez en cuando, comprarte ese jersey que tanto te gusta u otros pequeños placeres que te proporcionarán una pizca de felicidad momentánea. O puedes, por el contrario, o sumado a lo anterior, aspirar a una buena vida si dedicas parte de tu tiempo a realizar actividades que te aporten estados de flujo, que te eleven y te inspiren. Pero aun es posible dar un paso más allá: puedes poner tu talento al servicio de los demás y procurarte una vida con sentido.+

Puede que las circunstancias que vives actualmente no sean del todo favorables. Tranquilo, si tienes que llorar, llora; si tienes que enfadarte, hazlo, mientras tu termómetro de la felicidad remonta a su estado original. Recuerda: ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¡Quién sabe!

  1. MARÍA DOLORES AVIA Y CARMELO VÁZQUEZ: «OPTIMISMO INTELIGENTE: PSICOLOGÍA DE LAS EMOCIONES POSITIVAS», ALIANZA EDITORIAL, 2004

4 comentarios en “LA AUTÉNTICA FELICIDAD: LA FÓRMULA DE LA FELICIDAD

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  2. ESTOY DE ACUERDO INCLINANDOME POR EL ULTIMO CON MUCHO ENFASIS, PORQUE SI ASUMIMOS LAS DOS PRIMERAS Y NO TENEMOS VOLUNTAD NO HACEMOMOS NADA¡

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